Star Wars: El despertar de la Fuerza
No lo vamos a negar. Durante el visionado, la sensación de dèjá vu es constante. Tiene una trama que, no en pocas ocasiones, huele a refrito, aunque esto no es necesariamente algo negativo, dada la eficacia de los recursos narrativos a los que evoca y a que sus novedades, que también las hay, confieren personalidad a un conjunto bastante sólido y fiel al espíritu de la saga. La experiencia para un seguidor de la franquicia será comparable a la de reinventar una vieja receta que recordamos como un manjar; mientras no se estropee el equilibrio entre sus ingredientes básicos, el resultado será igualmente estimulante.
«El despertar de la Fuerza» consigue precisamente eso: reutilizar los ingredientes que el chef sabe de antemano que gustarán al comensal, retocar el plato con un par de condimentos y conseguir que este vuelva a resultar un auténtico gustazo para sus papilas gustativas, dejándole con ganas de más.
A pesar de que en el clímax se toma alguna decisión creativa que se antoja un celemín forzada por los planes de traernos dos entregas más, es algo que se perdona, ya que el arranque de esta nueva trilogía expande su universo con personajes y situaciones muy interesantes y promete grandes cosas para los episodios 8 y 9.
«El despertar de la Fuerza» consigue precisamente eso: reutilizar los ingredientes que el chef sabe de antemano que gustarán al comensal, retocar el plato con un par de condimentos y conseguir que este vuelva a resultar un auténtico gustazo para sus papilas gustativas, dejándole con ganas de más.
A pesar de que en el clímax se toma alguna decisión creativa que se antoja un celemín forzada por los planes de traernos dos entregas más, es algo que se perdona, ya que el arranque de esta nueva trilogía expande su universo con personajes y situaciones muy interesantes y promete grandes cosas para los episodios 8 y 9.